Marcel Niederhausen

El motociclismo, como cualquier otro deporte, tiene sus grandes nombres que son los que se llevan la gloria y la atención del foco mediático, tanto de la prensa como de los aficionados. Cualquiera que siga MotoGP conoce a Valentino Rossi o Marc Márquez, y si nos vamos a otras épocas los que estaban en lo más alto eran Giacomo Agostini, Ángel Nieto, Wayne Rainey, Kevin Schwantz, Kenny Roberts, Eddie Lawson o Mick Doohan, entre otros. También en otras categorías hay nombres importantes, como en Superbikes, con Jonathan Rea, Carl Fogarty o Troy Bayliss, en el Rally Dakar están Stéphane Peterhansel, Cyril Despres, Marc Coma o Cyril Neveu. Hay más ejemplos en otras disciplinas del motociclismo, pero todos tienen en común el hecho de ser competitivos, tener un palmarés muy bueno dentro de su categoría y el reconocimiento de la gente.

Como es lógico este reconocimiento lo consiguieron a base de ganar carreras y títulos, pero en sus inicios no recibían está atención, aunque en algunos casos se les percibía el talento que tenían y por ello se les seguía el rastro de cerca. Aparte de estos pilotos de renombre también hay otros que reciben su dosis de atención que dura mientras vayan consiguiendo buenos resultados, pero no llegan a tener el nivel de los campeones, y por eso tampoco consiguen ese nivel de atención ni se les recuerda del mismo modo que a las leyendas. Por último están los pilotos que apenas llaman la atención, ya bien sean porque están empezando, por estar en posiciones retrasadas, por no haber demasiadas referencias de esos pilotos o que por cualquier motivo no reciban el mismo protagonismo que se llevan otros.

Dentro de este último grupo hay un caso extraño que generó bastante expectación. Esta historia se centra en el campeonato alemán de motociclismo, llamado Internationale Deutsche Motorradmeisterschaft (IDM). Este certamen se inició en la década de los 20 del siglo XX y a día de hoy sigue estando activo, con diferentes categorías y usando motos de Superbikes. A lo largo del tiempo se convirtió en un campeonato de importancia, sobretodo en Alemania y países de su entorno, y también en el resto de Europa aunque a menor nivel. Hasta 2007 transcurría con toda normalidad, como otra competición cualquiera, se organizaban los campeonatos todos los años, se celebraban las carreras y a final de temporada se proclamaba un campeón en cada categoría. Hasta aquí lo lógico y habitual de cada certamen, sin ningún tipo de sobresalto.

En el 2007 el campeón de la categoría de Superbikes fue el austríaco Martin Bauer, que pilotaba una Honda del equipo Holzhauer Racing Promotion, ganando siete de las dieciséis carreras del año. Para la siguiente temporada, la del 2008, Martin era uno de los favoritos para llevarse el título. Este año el calendario estaba compuesto por ocho grandes premios, donde además había dos carreras por cada fin de semana. Casi todos los circuitos que albergaban una cita del campeonato estaban en Alemania, a excepción de uno, que se situaba en Austria. La primera prueba del año se celebró en el trazado de Eurospeedway Lausitz el fin de semana del 27 de abril, y fue un fin de semana dominado por el vigente campeón, Martin Bauer, ya que se llevó la pole y las victorias en ambas carreras.

Martin Bauer.

Tres semanas después, en el fin de semana del 18 de mayo, llega la segunda prueba del calendario, el Gran Premio de Oschersleben. Martin Bauer pretendía seguir con su racha triunfal y volver a ganar las dos carreras del fin de semana, pero evidentemente sus rivales se lo pondrían difícil. Todo iba con normalidad hasta pocos días antes de la prueba. El equipo Holzhauer Racing Promotion había fichado a un nuevo piloto como compañero de Martin Bauer. El nombre de este piloto era Marcel Niederhausen. No era nadie conocido, así que lo lógico era que pasase desapercibido, y en un principio parecía ser así. Como es habitual antes de que comience la competición el fin de semana, los periodistas comenzaron a preparar su trabajo, y una de las cosas que hicieron fue mirar la lista de pilotos inscritos para el gran premio.

Circuito de Oschersleben.

Los periodistas se fijaron en el nombre de Marcel Niederhausen, y en un principio apenas encontraron datos sobre él. Solamente conocían lo que estaba publicado en su inscripción para la prueba, su procedencia, la ciudad alemana de Stuttgart, y su dorsal, el 77. No encontraron más información, nada sobre su biografía ni sobre su trayectoria deportiva. El misterio empezó a rodear a este piloto desconocido, parecía que Marcel había surgido de la nada, algo que intrigaba a los periodistas, así que pusieron todo de su parte para encontrar algo sobre este nuevo piloto.

La situación era muy extraña, ya que nadie entendía como era posible que alguien que no había estado antes en el campeonato ni se le conocían resultados deportivos previos se montase en la mejor moto del campeonato. También era extraño que se se habilitara un box más grande de lo habitual para el equipo y este piloto. Los periodistas comenzaron a preguntar a los responsables del equipo Holzhauer, pero no les daban respuestas satisfactorias. También fueron a preguntar a los responsables del circuito, pero tampoco mostraban demasiado interés en dar mucha información al respecto. La discreción era máxima, y esto desconcertaba a los periodistas, no entendían el porqué de tanto secretismo alrededor de un piloto que iba a competir ese fin de semana en el mejor equipo de la categoría.

Toda esta falta de información no iba a detener a los periodistas, que buscarían cualquier hilo del que tirar. Dado que no había estadísticas de Marcel Niederhausen comenzaron a investigar por otras vías, y uno de los caminos que siguieron fue el de las pruebas privadas que hacen los equipos. Comenzaron a revisar las pruebas que se habían hecho en las fechas previas en los circuitos alemanes. Después de rebuscar información sobre el tema encontraron algo interesante. Un mes antes de este Gran Premio de Oschersleben, a mediados de abril de este 2008, el equipo Holzhauer Racing Promotion, el mismo que había fichado a Marcel Niederhausen, hizo unas pruebas en el circuito de Oschersleben, con dos Honda CBR1000RR, la misma que usaban en el campeonato. Además de esto había una coincidencia con lo que estaban buscando, y era el dorsal del piloto, el número 77.

En este test uno de los participantes era Martin Bauer, líder del equipo y campeón del año anterior, pero ahora el dato importante era la identidad del otro piloto. Tras comprobar los datos de ese día vieron que el otro piloto era el mismísimo Michael Schumacher. No se lo podían creer, el siete veces campeón del mundo de Fórmula 1 podría ser quien estuviese detrás de la identidad de Marcel Niederhausen. Los periodistas volvieron a preguntar al equipo y a los organizadores de la carrera, sin embargo la discreción todavía estaba presente, pero al final hubo la confirmación de que verdaderamente era Michael Schumacher el que estaba detrás de Marcel Niederhausen.

Michael Schumacher.

El secreto había sido descubierto, pero su participación no estaba segura, ya que había previsión de lluvia durante el fin de semana, y Michael Schumacher no quería arriesgar demasiado compitiendo con la pista mojada. Él ya se había montado en una moto en el pasado y había competido en alguna ocasión, incluso llegó a subirse al podio a mediados de marzo de este 2008 en una carrera en el circuito de Pannonia, Hungría, tras ser tercero. Ya en el fin de semana de la prueba de Oschersleben Michael fue 37º en la clasificación, que se disputó en condiciones de lluvia. Ya el domingo, en la primera carrera del día Schumacher logró escalar posiciones hasta terminar 28º. En la segunda carrera de la jornada Michael lo estaba haciendo mejor, ya que llegó a situarse 21º, pero a mitad de carrera sufrió una caída que dió al traste con su trabajo, ya que se vio obligado a abandonar, aunque no sufrió lesiones.

Michael Schumacher montado sobre la Honda.
Caída de Michael Schumacher en la segunda carrera.

1 comentario

  1. aliava dice:

    Ahora sería mucho más difícil llevar algo tan en secreto con las redes sociales. Seguramente alguien haría alguna foto, lo subiría a twitter y en cuestión de segundos se haría viral. Y desde luego sería imposible esconder la identidad de, por ejemplo, Fernando Alonso, detrás de un alias.

    Pero buena historia… Y curiosa

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