Extrema amargura

No todos los pilotos de Fórmula 1 serán recordados por haber ganado títulos, conseguir muchas victorias, tener míticas rivalidades o por estar considerados como grandes pilotos dentro de la Fórmula 1, solo un pequeño porcentaje de ellos permanece en la memoria de los aficionados por los éxitos que han tenido. Aparte de aquellos que habitualmente aparecen en las estadísticas y reportajes de mejores pilotos, la mayoría de los que han participado en la Fórmula 1 poco a poco caen en el olvido y rara vez son nombrados en las crónicas relacionadas con la F1. Pero también es verdad que muchos de ellos tienen una historia detrás que no siempre se valora tanto como otras cosas, como el éxito deportivo. Esta situación, que en parte es normal, ya que los titulares habitualmente se los llevan las cosas que ocurren en pista y no tanto lo extradeportivo, pero a veces no es justo olvidar algunas de esas historias que les sucede a estos pilotos que tienen resultados discretos en una categoría tan grande y tan importante como es la Fórmula 1.

Dibujo de Willy Mairesse.

Uno de estos casos es el Willy Mairesse. Nacido en la ciudad belga de Momignies, cerca de la frontera con Francia, viene al mundo el 1 de octubre de 1928, y sus inicios en el automovilismo son relativamente tardíos, ya que su primera experiencia en una carrera fue a sus 25 años, en 1953. En la prueba Lieja – Roma – Lieja, un rally que como su nombre indica tenía su inicio en la ciudad belga de Lieja, se dirigía hasta Roma y volvían de regreso a Lieja, donde el recorrido cambiaba de un año para otro, pero que normalmente rondaba los 3500 kilómetros de distancia, y participó al volante de un Porsche 356, pero no pudo completar la prueba por problemas mecánicos. Al año siguiente volvió a participar en esta misma carrera, pero en esta ocasión con un Peugeot 203, terminando vigesimoctavo, y en 1955 volvió con el mismo coche para mejorar su resultado, al quedar octavo. En los siguientes años continuó compitiendo en más pruebas, hasta llegar a disputar los 1000 kilómetros de Nurburgring y las 24 horas de Le Mans en 1958. A partir de 1959 su trayectoria deportiva cambia, ya que Ferrari se fija en él y decide contratarle, principalmente para competir en los campeonatos de turismos y resistencia, ya que es donde estaba demostrando su talento, pero también iba a participar en la Fórmula 1.

Ahora tenía la oportunidad de lograr grandes cosas en el automovilismo gracias a su fichaje por Ferrari. Su debut en la Fórmula 1 lo hizo en su país, en el Gran Premio de Bélgica de 1960, celebrado en el circuito de Spa. Willy estaba motivado por estar delante de su afición, así que quería hacer un buen papel. En la calificación del sábado puso su monoplaza en la decimotercera plaza, a casi 9 segundos del tiempo marcado por Jack Brabham, que logró la pole aquel día. El domingo se presentó mejor para él, ya que escalaba posiciones con rapidez. Las vueltas pasaban mientras Willy seguía con su ritmo, hasta que comenzó a luchar por la sexta posición con el joven británico Chris Briston, de tan solo 22 años, y que disputaba su cuarto gran premio en la Fórmula 1. En el vigésimo giro de la carrera Willy perseguía a de cerca a Chris cuando el británico perdió el control de su monoplaza, saliendo a gran velocidad de la pista y yendo directo hacia una zanja provocándole la muerte. Poco después de este accidente Willy se vio obligado a retirarse por problemas mecánicos. Una vuelta más tarde de su abandono, Alan Stacy perdería la vida después de que un pájaro impactarse contra su cabeza, haciendo que Alan perdiese el conocimiento, se saliese de la pista y volcando su monoplaza. Hasta la fecha es la única prueba de Fórmula 1 donde dos pilotos fallecieron durante la carrera.

En su tercera participación Willy se subiría al podio en el Gran Premio de Italia, disputado en el circuito de Monza, tras finalizar tercero detrás de los estadounidenses Phil Hill y Richie Ginther. Aunque no había ganado, este era su primer gran resultado en la Fórmula 1. Pero sus mayores éxitos vendrían de las carreras de turismos y de resistencia, como por ejemplo las victorias en el Gran Premio de Spa de GT de 1960 y 1961 a lomos de un Ferrari 250GT las 6 horas de Auvergne 1961, el Tour De France Automobile de 1960 y 1961, la Targa Florio de 1962, los 1000 kilómetros de Nurburgring en 1963 y otras victorias en carreras de turismos y resistencia. Pero además de estos triunfos también consiguió buenos resultados en otras carreras como la segunda posición en las 24 horas de Le Mans 1961, o la tercera posición en las 24 horas de Le Mans 1965 y 1967.

Willy Mairesse celebrando la victoria en la Targa Florio 1966 junto a Herbert Müller.

A pesar de llevar una buena trayectoria en las competiciones de turismos y de resistencia al lograr unos cuantos éxitos, en la Fórmula 1 los buenos resultados no le acompañaban como a él le gustaría. En las doce carreras puntuables para el campeonato en las que participó entre 1960 y 1963 solo se llevó un podio, además de puntuar en otra carrera. En el resto de pruebas no logró terminar en las posiciones de puntos o no conseguía terminarlas. Pero también hay que decir que se llevó dos victorias en la Fórmula 1 en pruebas no puntuables para el campeonato, en las carreras de Bruselas y en la de Nápoles de 1962. Aunque sus resultados en la Fórmula 1 eran mejorables, Willy tenía un rendimiento bastante decente en otras competiciones en las que concurría, pero también combinaba estas buenas actuaciones con los accidentes, ya que pilotaba de una manera agresiva y asumiendo riesgos. Claros ejemplos son el incidente anteriormente mencionado en Spa 1960, donde murió Chris Briston, también en la carrera de Mónaco de 1962, cuando en la salida trató de ponerse líder al llegar a la primera curva, que en aquel entonces era era la horquilla del Gasómetro, que estaba ubicada en donde actualmente está la última curva. Willy frenó un poco más tarde, pasó demasiado cerca de Bruce McLaren, además de tocar a Graham Hill y a Jim Clark, pero al llegar a la curva su Ferrari hizo un trompo, se quedó parado en mitad de la pista y siendo un obstáculo para sus rivales. Jim Clark logró esquivarlo, Graham Hill y Bruce McLaren también fueron capaces de evitar a Willy, pero lo peor vino después. Richie Ginther tuvo un problema con el acelerador de su BRM, no pudo frenar a tiempo y colisionó con el Porsche de Maurice Trintignant y el Lotus de Innes Ireland. En este accidente el monoplaza de Richie Ginther perdió una rueda, que impactó contar un comisario de pista provocándole la muerte.

Willy Mairesse en Le Mans 1963.

También en las 24 horas de Le Mansde 1963, y tras haber liderado la carrera durante 15 horas junto a su compañero John Surtees, en una parada en boxes para hacer el cambio de piloto y el repostaje, Willy salió a pista y a los pocos metros se le incendió su Ferrari porque un poco de gasolina se había derramado sobre el motor, provocando que se generase el fuego. Mairesse sufrió quemaduras leves en la cara y brazos que los alejaron dos meses de la competición. Su reaparición después de este accidente fue en el Gran Premio de Alemania de Fórmula 1, en el circuito de Nurburgring, donde volvería a sufrir otro accidente al principio de la carrera, donde murió un comisario y el propio Mairesse se rompió ambos brazos y una pierna. Este accidente supuso el fin de su relación con Ferrari y también el de su trayectoria en la Fórmula 1. Debido a estos accidentes, y algunos más, Mairesse se ganó una mala fama entre sus rivales, que le pusieron apodos como Wild Willy o Kamikaze Willy. Así lo atestiguan las palabras de Peter Revson, que después de un gran premio llegó a declarar: “Lo miré a la cara antes de la carrera, sus ojos de repente eran de un color completamente diferente. Tenía las cejas levantadas y el rostro arrugado. Era como mirar al diablo a la cara”.

Willy Mairesse.

A pesar de tener un importante historial de accidentes todavía le ofrecían contratos para disputar carreras, ya que también conseguía victorias y buenos resultados de vez en cuando, hasta que llegó Le Mans 1968. Este año, y debido a las protestas producidas en Francia en mayo y junio, hechos englobados en el conocido como Mayo del 68, la prueba de las 24 horas de Le Mans se aplazó de su fecha habitual para ubicarla en el fin de semana del 28 y 29 de septiembre. El clima no era bueno y el asfalto estaba mojado después de un intensa lluvia, añadiendo un riesgo más al inicio de la carrera. Willy partía desde la décima plaza, y en aquel momento todavía se realizaba la salida tipo Le Mans, con los coches a un lado de la pista y los pilotos al otro lado. Después de dar el banderazo de salida los pilotos corrían hacia sus coches, se metían en ellos y rápidamente se ponían en marcha. Esto era un peligro, dado que los pilotos, para ganar unos segundos y salir antes, se abrochaban los cinturones mientras completaban la primera vuelta. Willy no fue una excepción, y aunque su salida fue buena, no se percató de que tenía la puerta mal cerrada. Al final de la larga recta de Hunaudières, de 5 kilómetros de longitud, la puerta de su Ford GT40 se abrió de repente, en un intento de cerrarla perdió el control del coche y sufre un grave accidente. El Ford queda envuelto en llamas, Willy tiene varias lesiones y queda en coma.

Mairesse ya había tenido otros accidentes en el pasado, pero siempre se había recuperado y posteriormente vuelto a la competición, así que le tocaba hacer otro esfuerzo más para volver a sanar y retomar la competición, aunque ahora estaba más mermado físicamente y le costaría recuperarse como lo hacía antes. En 1969 las 24 horas de Le Mans volvían a sus fechas normales de mediados de junio, y este año el protagonista fue el piloto belga Jacky Ickx, un joven de 24 años que iba a disputar por primera vez las 24 horas de Le Mans. Jacky era muy consciente de los peligros que tenían las salidas en Le Mans, donde los accidentes eran habituales y también había visto el siniestro de su compatriota Willy Mairesse el año anterior, y para mostrar su disconformidad con las salidas tipo Le Mans, decidió, en modo de protesta, ir caminando hacia su Ford GT40, entrar tranquilamente en el coche, cerrar la puerta y abrocharse los cinturones con calma, cerciorándose de hacer cada paso bien y de forma segura, hasta que lo tenía todo en orden, momento en el que comenzó su carrera. Evidentemente perdió mucho tiempo respecto a sus rivales al hacer las cosas de esta manera, pero las circunstancias le darían la razón, ya que un terrible accidente se llevó la vida de John Woolfe, que todavía no se había abrochado los cinturones.

A pesar de esto la prueba continuó y Jacky Ickx logró ponerse líder de la carrera en la última vuelta cruzando primero la línea de meta, consiguiendo la victoria en su primera participación en las 24 horas de Le Mans. Aparte de alcanzar el triunfo, logró otra cosa importante para él, que la organización de las 24 horas de Le Mans mirase un poco más por la seguridad de los pilotos y abandonase las salidas tipo Le Mans. Al año siguiente los pilotos ya estaban en el interior de sus coches cuando se daba el inicio de la carrera. Mientras tanto Willy Mairesse luchaba por recuperarse de sus lesiones, pero no era fácil para él, había quedado tan perjudicado que incluso le costaba llevar una vida normal, y esto le afectó anímicamente. Entró en depresión, y la idea del suicidio comenzó a aparecer en su cabeza. Lo intentó dos veces, pero no pudo llevarlos a cabo. Casi un año después de su accidente en Le Mans, el 2 de septiembre de 1969, y un mes antes de cumplir los 41 años, viaja a Ostende, Bélgica, se va a un hotel, y en su habitación con vistas al mar decide tomar una sobredosis de somníferos acabando así con su vida.

1 comentario

  1. aliava dice:

    Entiendo mucho porque has querido contar esta historia. Es de esas historias que te sobrecogen. Y que, para bien o para mal, hay que conocer. Por que los deportistas, no son robots. Y tienen sus problemas. Y también viven vivencias que les afectan.
    Muy buena historia.

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