Raros campeones

Lo más habitual en cualquier deporte es que para convertirse en campeón hay que lograr triunfos a lo largo de la competición, de hecho hay torneos en los que para llegar a la final hay que superar una serie de eliminatorias, y para poder hacerlo solo vale ganar. Incluso en aquellas competiciones donde la consecución del título depende de una clasificación final siempre es importante lograr alguna victoria para poder sumar los puntos necesarios para llegar al objetivo de proclamarse campeón. Normalmente sucede esto, de hecho en la inmensa mayoría de torneos es prácticamente imposible alzar el trofeo sin ganar a lo largo del certamen. Todo esto se ve más claro en dos situaciones, cuando alguien domina la competición, ya que gana casi siempre, o cuando hay dos o más contrincantes luchando por el título, siendo el que más triunfos consigue el que suele llevarse el campeonato.

Esto que es algo común en el deporte, evidentemente también es aplicable en el motociclismo. En MotoGP, como en la Fórmula 1 y otros deportes de motor, no solamente puntúa el vencedor de cada carrera, sino que también lo hacen otros pilotos. En el caso de la Fórmula 1 son los diez primeros, pero en MotoGP son los quince primeros clasificados, donde actualmente el ganador se lleva 25 puntos, el segundo 20 puntos, el tercero 16, y la puntuación cada vez va siendo menor hasta el decimoquinto, que tan solo se lleva un punto. Este sistema de puntuación lleva vigente en el mundial de motociclismo desde 1993, ya que antes se utilizaban otros sistemas, donde primaba un poco más la victoria y estar en puestos altos, y el sistema actual le da algo más de importancia a la regularidad, aunque evidentemente se logran más puntos ganando carreras, pero los fallos no se penalizan tanto como antes y es más fácil recuperarse después de una mala carrera.

Desde que el campeonato del mundo de motociclismo comenzara su andadura en 1949 todos sus campeones, y en cualquiera de sus categorías, han logrado, al menos, una victoria en la temporada que consiguieron su título. Todos excepto dos. Uno de ellos fue Manuel Champi Herreros. Nacido en Villarrobledo, Albacete, el 20 de abril de 1963, y llegó al mundial de motociclismo en 1984, a sus 21 años, en la recién creada categoría de 80cc, que sustituía a la de 50cc, disputada hasta el año anterior. Champi debutó en el Gran Premio de España, que se celebraba en el circuito del Jarama. En esta carrera de 80cc no tuvo mucha suerte, pero ese día también participó en la carrera de 125cc, donde logró ser quinto, un gran resultado para él. Este año no disputó más carreras en el mundial, pero en 1985 ya disputó la temporada completa a lomos de una Derbi, logrando tres podios y terminando cuarto en la clasificación final. En 1986 consiguió su primera victoria en el Gran Premio de Alemania, celebrado en el circuito de Nurburgring, llevándose el subcampeonato al final de año.

Champi Herreros.

En 1987 repitió hazaña y volvió a ser subcampeón, y también después de cosechar una victoria, esta vez en el Gran Premio de San Marino, disputado en el circuito de Misano. Champi llevaba dos años buenos, siendo subcampeón en ambas temporadas, solamente superado por Jorge Martínez Aspar, que lograría el título en esas dos ocasiones. En 1988 Champi Herreros trataría de hacerlo, al menos, igual de bien, pero se tuvo que conformar con la cuarta plaza del campeonato y sin ninguna victoria. Al año siguiente, 1989, lo intentaría de nuevo, y el mundial de motociclismo se inauguraba en el Gran Premio de Japón, pero la categoría no disputaba todas las carreras del calendario, solo estaba presente en seis, siendo su primera prueba el Gran Premio de España, que se albergaba en el circuito de Jerez. La carrera fue ganada por Herri Torrontegui, y Champi solo pudo ser quinto. La siguiente cita, el Gran Premio de Las Naciones, celebrado en el circuito de Misano, la victoria fue para Jorge Martínez Aspar, y Herreros fue cuarto.

No era el mejor comienzo para Champi, que ni siquiera se había subido al podio en estas dos primeras pruebas, pero eso cambiaría en el Gran Premio de Alemania, que lograría ser segundo. La situación para él mejoraba, pero el ecuador de la temporada estaba cumplido, se habían disputado tres de las seis pruebas que componían el calendario de la categoría de 80cc. Para la cuarta cita del año llegaba el turno del Gran Premio de Yugoslavia, y Champi se subiría otra vez al podio, siendo segundo de nuevo. Su tercer podio de la temporada llegó en la carrera de los Países Bajos, siendo otra vez segundo. A pesar de no haber logrado ninguna victoria Champi estaba en este momento al frente de la clasificación, empatado a puntos con el suizo Stefan Dörflinger, y con tan solo una prueba por delante para finalizar la temporada todo se decidiría en la última cita del año.

Champi Herreros estaba por fin en disposición de ganar un título, y lo más fácil para asegurarlo era llevarse la victoria, así que tendría que luchar por ella. El fin de semana del 27 de agosto de este 1989 llegaba el momento de la verdad, se celebraba el Gran Premio de Checoslovaquia, la que sería la última prueba de la temporada de la categoría de 80cc. Todo era expectación alrededor de la cilindrada más pequeña del mundial, y no era para menos, había un campeonato en juego. Ya en la carrera el mejor fue Herri Torrontegui, que se llevó el triunfo, y Champi quedó segundo, puesto que le resultó suficiente para llevarse el campeonato, ya que Stefan Dörflinger solo pudo ser quinto. Champi se había llevado el título sin haber logrado ninguna victoria a lo largo de la temporada, algo inaudito en la historia del mundial de motociclismo, y además se llevó el título en el último año de la categoría de 80cc, ya que en la siguiente temporada eliminaron esta categoría, quedándose la de 125cc como la cilindrada más pequeña a partir de 1990.

Champi celebrando el título con el equipo.

Champi había conseguido lo nunca visto hasta el momento, ganar un campeonato sin ganar ni una sola carrera. En los dos siguientes años, 1990 y 1991, Champi competiría en la categoría de 125cc, pero serían sus dos últimas temporadas antes de retirarse. Pocos años después, concretamente en 1994, llega al mundial otro joven piloto llamado Emilio Alzamora. Nacido en Lleida el 22 de mayo de 1973, debuta en la categoría de 125cc montado en una Honda. En esta su primera temporada es capaz de lograr un quinto puesto en el Gran Premio de Argentina, pero sus resultados a lo largo del año solo le permiten terminar vigésimo segundo en la clasificación. Para 1995 ya lo hace mejor, tanto que logra una victoria y tres podios más, que le aúpan hasta la tercera plaza de la clasificación final. En 1996 vuelve a conseguir buenos resultados, suma otra victoria y cuatro podios más, permitiéndole terminar la temporada siendo cuarto.

Emilio Alzamora con Ángel Nieto.

En 1997 sube a la categoría de 250cc, y sigue pilotando una Honda, pero esta temporada no va como él quiere y solo consigue ser decimoséptimo al final de año, por lo que decide volver a 125cc, esta vez montado sobre una Aprilia, y tampoco es una temporada especialmente buena para Emilio, ya que finaliza vigésimo primero en la clasificación. A pesar de llevar dos años no muy exitosos, Alzamora no se rinde y vuelve a intentarlo al año siguiente, 1999, e incluso deja Aprilia para regresar a Honda, una moto ya conocida para él, la que le dio sus primeras victorias y podios en el mundial, así que esperaba volver a la senda del éxito y aspirar al título. Con esta ilusión y esperanza comienza la temporada de 1999, donde ya en la primera carrera, en el Gran Premio de Malasia, logra subirse al podio tras ser segundo. Era un buen inicio para él, y seguiría con esa buena racha al conseguir otros tres podios más en los siguientes tres grandes premios, siendo tercero en cada ocasión. A pesar de lograr estos buenos resultados, el líder del campeonato era el japonés Masao Azuma, que había ganado tres carreras en estas primeras cuatro carreras.

La temporada avanzaba, Emilio mantenía la regularidad en los buenos resultados, pero sin llegar a alcanzar la victoria, que se le resistía a pesar de hacer buenas carreras. Masao Azuma fue perdiendo fuelle, algo que benefició a Alzamora, pero por otra parte apareció otro rival por el título, el italiano Marco Melandri, que a pesar de tener un mal inicio de campeonato, comenzó a cosechar buenos resultados, con victorias incluidas, que le permitieron acercarse al español en la clasificación. Poco a poco el campeonato se allegaba a su final y tras la decimoquinta y penúltima prueba del año, celebrada en Brasil, la clasificación estaba muy apretada entre Alzamora y Melandri, con 207 puntos para el español por los 201 puntos del italiano. Todo se decidiría en la última cita del año, el Gran Premio de Argentina. El español, que a pesar de no haber ganado ninguna carrera a lo largo de la temporada, gozaba de una pequeña ventaja, y en esta última carrera le valía con ganar e incluso con ser segundo para llevarse el título, independientemente de lo que hiciese Melandri.

El fin de semana del 31 de octubre de 1999 era la fecha decisiva. La pole se la había llevado el japonés Masao Azuma, pero está posición le duró poco en la carrera, ya que abandonó poco después del inicio. Entonces fue Melandri quien se puso líder, con Alzamora segundo detrás de él. Los giros se van sucediendo, y ambos pusieron tierra de por medio respecto a Roberto Locatelli. Según se va acercando el final de la prueba Marco Melandri mantiene su liderato con una cierta ventaja sobre Emilio Alzamora, pero el italiano no le sirve para ser campeón, así que extrañamente baja el ritmo. El español se acerca, se coloca justo detrás de él, y en la última vuelta el italiano empieza a hacer movimientos extraños. En ese momento Alzamora le adelanta, pero rápidamente Melandri le devuelve la maniobra. La actitud del italiano seguía siendo errática, y Emilio decide volver adelantarle, sin embargo Melandri frena más tarde, estando cerca de impactar contra Alzamora, pero Emilio logró esquivarlo y seguir encima de la moto.

Melandri hizo lo posible para ganar la carrera y que Alzamora no fuese segundo, pero llegó la línea de meta y no logró su objetivo. Sí, logró la victoria ese día, pero Emilio terminó segundo, proclamándose campeón del mundo de 125cc con tan solo un punto de ventaja sobre Melandri, y logró el título sin haber ganado ni una sola carrera en este 1999, igualando la peculiar gesta que había conseguido Champi Herreros diez años atrás. Hasta la fecha ellos dos son los únicos en toda la historia del campeonato mundial de motociclismo en coronarse como campeones sin haber ganado ni una sola victoria en el año de la consecución de su título.

Emilio Alzamora ya como campeón y el dorsal 1 en la moto.

1 comentario

  1. aliava dice:

    Es raro ser campeón sin lograr una victoria durante el transcurso de la competición, pero en deportes como estos o el ciclismo dependes de una regularidad. No te vale ganar una carrera y que luego andes desaparecido en el resto de la temporada.
    Al igual que en los JJOO veo bien que primen los oros logrados para hacer una clasificación final, veo bien que el triunfo final de un Mundial de motos o F1 sea por puntos y primen la regularidad, aunque no ganes ni una carrera para se Campeón

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