El clima es incontrolable, aunque sea posible hacer predicciones sobre cómo puede ser el clima en días venideros, no se puede actuar sobre él. En algunas zonas del planeta hay cierta estabilidad meteorológica, no hay grandes variaciones a lo largo del año, y en otras zonas es cambiante según las estaciones, hay épocas de sol y calor, y épocas de lluvia y frío. También hay zonas donde los cambios son más bruscos, puede hacer buen tiempo para luego ponerse a llover de una forma intensa en cuestión de pocas horas. En algunos deportes es importante que se cumplan ciertas condiciones climáticas para poder llevar a cabo la competición, como por ejemplo el esquí, donde evidentemente es imprescindible que haya nieve para poder esquiar, la vela, donde es importante que se mueva el viento para que las embarcaciones se desplacen, o el voley playa, donde lo ideal es que luzca el sol para poder disputar los partidos.
En la Fórmula 1 no es imprescindible que haya un clima en concreto para poder organizar los grandes premios, pero es verdad que cuando se confecciona el calendario, uno de los factores que se tienen en cuenta es la meteorología, se busca que cuando se visita un país para disputar el gran premio haya buen tiempo y no aparezcan demasiados inconvenientes que impidan el normal desarrollo de la competición. Normalmente se consigue esto, la mayoría de carreras que se disputan son con buen tiempo y la pista seca, lo que facilita que los pilotos manejen los monoplazas como ellos quieren sin demasiada dificultad. En ocasiones aparece la lluvia en algún momento del gran premio, pero generalmente no hay mayores problemas, los neumáticos de lluvia suelen ser bastante eficaces evacuar el agua y mantener la adherencia sobre el asfalto, aunque es cierto que si llueve mucho se convierte en un factor de riesgo.
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Aunque no es habitual, la posibilidad de que aparezca la lluvia torrencial durante un gran premio está ahí, y de hecho ya ocurrió en alguna ocasión, como sucedió en el Gran Premio de Bélgica de 1998, organizado en el circuito de Spa. Este año la lucha por el campeonato estaba entre Mika Hakkinen y Michael Schumacher, y antes de llegar a esta prueba era el finés quien comandaba el mundial con 77 puntos frente a los 70 puntos del alemán. La clasificación estaba apretada entre ellos dos, y con cuatro carreras para el final de la temporada cualquier cosa podía suceder y los errores se podrían pagar caros, por esto mismo a los dos les interesaba hacer buenos resultados en estas últimas citas del año. El fin de semana del 30 de agosto llegaba el momento del Gran Premio de Bélgica. Los entrenamientos libres del viernes se desarrollaron con cierta normalidad, salvo por un accidente de Jacques Villeneuve en Eau Rouge a 290 km/h, aunque no sufrió lesiones y pudo continuar la prueba. Al día siguiente, el sábado, llegaron los terceros entrenamientos libres, que también se desarrollaron con normalidad, y como el día anterior también hubo un accidente en Eau Rouge, está vez de Mika Salo, y por precaución fue llevado al hospital, pero tampoco tenía lesiones y se le permitió participar en la calificación.
El sábado al mediodía se disputó la calificación, y la pole se la llevó Mika Hakkinen con un tiempo de 1:48.682, con su compañero David Coulthard segundo a dos décimas. En la tercera plaza estaba Damon Hill a un segundo del tiempo de la pole y detrás estaba Michael Schumacher en la cuarta posición, a 1.3 segundos. La diferencia era clara entre Hakkinen y Schumacher, el finés tenía la ventaja y podía aumentar la diferencia de puntos en el mundial respecto al alemán, pero Michael ya había ganado cuatro veces en el circuito de Spa en el pasado, mientras que Mika todavía no había logrado el triunfo en esta pista, así que a pesar de salir en la pole no tenía nada asegurado. Hasta el momento todo transcurría con cierta normalidad, el sábado terminó sin problemas, y no estaba previsto que hubiese ningún cambio al respecto.
El pronóstico decía que el domingo iba a tener un clima seco y cálido, y de hecho amaneció de esta manera, pero esto comenzó a cambiar en el warm up, donde la lluvia hizo acto de presencia a mitad de la sesión. Michael Schumacher estaba muy cómodo pilotando en agua, de hecho dominó la sesión del warm up logrando el mejor tiempo, con Mika Hakkinen en la tercera plaza. La lluvia continuó el resto de la mañana, e incluso llovía con más intensidad, hasta llegar un punto en el que la pista estaba totalmente anegada. El inicio de la prueba se acercaba, y como siempre los pilotos colocaban sus monoplazas en la parrilla de salida. Llega el momento, los semáforos se apagan, los pilotos se apresuran en salir y llegar rápido a la primera curva. Hakkinen hace una buena salida, Villeneuve, que salía algo retrasado, hizo una gran salida y se colocó segundo detrás de Hakkinen, Schumacher también lo hace bien y se pone detrás de ellos, sin embargo David Coulthard no lo hace tan bien y se queda algo rezagado.
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Los pilotos superan la primera curva y se dirigen hacia Eau Rouge, pero en un instante el caos se hace dueño de la pista. David Coulthard pierde el control de su McLaren y queda cruzado en medio de la pista. Con toda la lluvia que había caído la adherencia era baja, además de la poca visibilidad que había por culpa del spray de agua que levantaban los monoplazas. A partir de este momento se organizó un gran tumulto que implicó a más de la mitad de los monoplazas de la parrilla, los pilotos, incapaces de reaccionar, comenzaron a chocar entre ellos, generando una montonera de 13 coches, así que dirección de carrera se vio obligada a detener la carrera poco después de dar la salida. Poco a poco los comisarios de pista van despejando el trazado, los vehículos son llevados a sus respectivos boxes, y algunos de ellos presentaban muchos daños. No había tiempo suficiente para reparar la mayoría de los coches, así que la participación de muchos pilotos estaba en vilo para la reanudación de la carrera.
Por suerte en aquella época los equipos disponían de un monoplaza de reserva por si en algún momento necesitaban recurrir a él, y ésta era una de esas ocasiones. Sin embargo había tres equipos que sus dos pilotos estaban involucrados en el accidente, así que tenían que decidir a cuál de los dos pilotos darle prioridad y cuál tenía que renunciar a la reanudación. En Arrows beneficiaron a Pedro Diniz, perjudicando a Mika Salo, en Prost le dieron preferencia a Jarno Trulli frente a Olivier Panis, y en Tyrrell apostaron por Toranosuke Takagi en detrimento de Ricardo Rosset. Por otro lado estaba Rubens Barrichello, que se resintió de una lesión en el hombro, uniéndose a la lista de abandonos. Los minutos van pasando, la lluvia se mantiene y poco a poco la pista va quedando libre de los restos de monoplazas.
Aproximadamente una hora después del accidente se retomó la carrera. La salida fue bien, pero Mika Hakkinen, que salía desde la pole, hizo un trompo en la primera curva. El resto de pilotos lograron esquivarlo, excepto Johnny Herbert, que impactó contra él, haciendo que ambos tuviesen que abandonar, además de que Hakkinen ya no sumaría puntos y su liderato en el mundial estaba en peligro. Después de esto el safety car salió a pista, pero al poco tiempo fue retirado y la carrera continuó su curso. Los giros se iban dando, Michael Schumacher se había puesto líder, y a cada paso afianzaba más esa posición. La lluvia seguía cayendo sobre el circuito de Spa, los pilotos debían de manejar sus monoplazas con mucho cuidado para mantenerse sobre el asfalto, pero por el momento no había mayores problemas, más allá del accidente inicial. Schumacher, que pilotaba bien sobre pista mojada, comenzaba a pilotar a otros pilotos que iban más lentos, además veía que podía ganar, y con la victoria llegaría también el liderato del mundial.
David Coulthard llevaba su McLaren en la sexta plaza, y había perdido mucho tiempo respecto a Schumacher, de hecho había perdido tanto tiempo que el alemán se le acercaba por detrás para doblarle. Era la vuelta 24, y el Ferrari de Schumacher ya estaba justo detrás del McLaren de David Coulthard, la lluvia anegaba la pista, había demasiada agua en el asfalto y la visibilidad era escasa. Como es habitual, los comisarios le mostraban al escocés las banderas azules para que se dejase superar por el alemán, pero aún así McLaren le comunicó por radio a Coulthard que permitiese a Schumacher rebasarle, y así que el piloto de Ferrari pudiese continuar su carrera sin problemas. Pocos metros antes de llegar a la curva Pouhon, la décima curva del trazado, Coulthard se aparta hacia la derecha del asfalto para dejarle espacio suficiente a Schumacher, pero por el motivo que sea no hubo entendimiento entre ambos y Michael colisionó contra el monoplaza de David, haciendo que su Ferrari pierda la rueda delantera derecha, además de romperle el alerón trasero al McLaren.
Los dos consiguieron llegar a boxes para inmediatamente abandonar la carrera. Cuando Michael metió su monoplaza en el garaje de Ferrari se bajó rápidamente del coche, salió del box antes que los mecánicos bajaran la persiana y se dirigió apresurado al box de McLaren para pedirle explicaciones a Coulthard. Una vez dentro y enfurecido por el accidente, Michael le gritó a David: ¿Me querías matar?. La gente de Ferrari, incluso Jean Todt, director de la Scuderia, fue detrás de Schumacher para tratar de evitar que el piloto se metiese en algún problema, y llegaron a convercerlo para salir del box de McLaren y volver al de Ferrari. Por otra parte la carrera continuó su curso, hasta que llegó su final, donde fue Damon Hill quien se llevó la victoria, con Ralf Schumacher segundo, ambos del equipo Jordan, siendo un grandísimo resultado para Jordan, y tercero fue Jean Alesi, de Sauber.